martes, 3 de noviembre de 2009

Otro

La noche


En la hoguera de los tiempos se agrupan los hombres.
¿De qué hablan? Pregunto.
Hablan del fuego

jueves, 1 de octubre de 2009

Dos de Federico García Lorca

I

CIUDAD SIN SUEÑO

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.



II

NUEVA YORK. OFICINA Y DENUNCIA
A Fernando Vela


Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
Yo he venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros
en las alucinantes cacerías
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre,
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones;
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, orinando, volando en su pureza
como los niños en las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancias inasibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Óxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer?, ¿ordenar los paisajes?
¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera
y bocanadas de sangre?
San Ignacio de Loyola
asesinó un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen
por las torres de las iglesias.
No, no, no, no; yo denuncio.
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radian las agonías,
que borran los programas de la selva,
y me ofrezco a ser comido
por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.

martes, 8 de septiembre de 2009

Dos poemas de Bernardo Atxaga

I

37 PREGUNTAS A MI ÚNICO CONTACTO AL OTRO LADO DE LA FRONTERA

Dime, ¿Es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Encuentra su amor respuesta en un veinte o veintidós por ciento de los casos, o como aquí
son mudos los teléfonos, corazones desiertos noche tras noche
corazones desiertos en la última habitación del laberinto?

¿Hay en vuestro reino, entre vuestros territorios, algún lugar
llamado Greenland o Groenlandia? ¿Son sombríos sus valles?
¿Hay gasolineras de la compañía Shell? ¿Se acercan las mariposas hasta las conchas amarillas? ¿Ni aun en invierno?
¿Nunca existió allí un espía llamado Cenizas?

Dime, ¿Es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Nunca soñáis con cangrejos? ¿Y con niños ciegos?
¿Os acordáis alguna vez del ciclista Tom Simpson, de cómo se asfixió en el Aubisque? ¿Qué me decís de la imagen de su maillot
como una tabla de ajedrez rota sobre la gravilla? Al otro lado de la frontera, ¿protege la hoja al fruto?
¿Hay fresas?

¿Tienen los peces abisales presentimientos
acerca del sol? ¿Saben distinguir la palabra Luz de la palabra Sombra?
Aquellos que al tomar el tren, desaparición en la transparencia de la tarde,
¿Hasta cuándo conservaron la ilusión de que podrían quedarse?

Se me ha dicho que para los pájaros no hay otro destino que el viento
y que hay barcos que jamás alcanzan un puerto.
Cuando vosotros habláis del destino, ¿A qué os referís exactamente?
¿A las ventajas de un trabajo seguro? ¿Quizá a lo que se come con salsa de naranja? ¿Nunca rezáis por las caravanas del desierto?

¿Son muchos, sois muchos los habitantes del otro lado de la frontera?
Esta gente que veo todos los días por la calle, ¿vive allá?


II

PERDONA, CRAVAN

Para cuando Francis Picabia disputó en Barcelona
el campeonato mundial de boxeo,
ya todas las cosas estaban dichas seguramente por
Ejemplo: En los viajes largos se quiebra el corazón
de los trenes mercancías,
todos los maquinistas lloran al pasar por Akra.

Sabemos al menos très normal très normal
que no es posible hablar en primera persona,
y leemos cada día el nombre de los cimientos
de la felicidad doméstica: Congratulations,
congratulations por esos fantásticos yogurths,
congratulations por esa ropa sin arrugas,
congratulations por los miles de cocidos a nuestro alcance,
sinceramente congratulations, congratulations for me,
congratulations for you, congratulations para todos.

Y ya lo dijo el viejo Ezra hace mucho tiempo, clichés,
siempre clichés, o clichés de cualquier sabor,
Orange, Citron, dragón es nuestro campeón.
O como dices tú, ella es la más bonita, la quiero mucho,
O-nou O-nou nos respondió Malone
Por decir algo y metiendo el morro
hasta el fondo lo más profundo;
y yo también puedo repetir algunas palabras:
El caso del hombre que al salir de casa
perdía el culo buscando caminos buenos y secretos,
un gran tema para una película en tecnicolor;
y efímera la fantasía del cigarro de boquilla dorada
en Nueva York, y en todos los sitios Nueva York, O-nou,
O-nou, qué tal, comantalevu, etcétera etcétera.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Dos poemas de Benjamín Prado

I

DOBLE O NADA

Un hombre que se ríe es una fuente;
el que mira la lluvia
cae muy despacio encima de sí mismo.
La sombra de los árboles
pertenece a la olas.
El sabor del aceite se escucha en los mercados.

Eso es cierto.

También es verdad que hay palabras
que suenan, a lo lejos,
como el mar
que abandona en la playa los restos de la luna;
palabras construidas
con la luz de los bosques,
el metal del que está hecho el ruido de los trenes.

Eso es cierto.
______________Y también: En los motores fríos
agoniza el león blanco de la mañana.

El olor de una rosa sube de las bodegas.
Del corazón del muerto escapan las palomas.

Todo es verdad.
______________Un río es del tamaño
del hombre que se aleja de ese río.
La mujer es azul cuando ve las montañas.
El que pisa la nieve, camina sobre el cielo.

Todo es cierto. Tú dices:
____________________—Las campanas
convierten la ciudad en un barco perdido.

Y yo sé que eso es cierto.
_____________________Abro los ojos
y tú ves un jardín;
miro la noche
y para ti estos versos
son esa noche.

Tú sabes que es verdad. Tú has venido a decirme:
—O lo aceptamos todo o es que todo es mentira.


II

LO MISMO Y LO CONTRARIO

Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.

Hay verdades sin límite
y hay cosas que se acaban:
los ríos son Machado;
yo te amé a tumba abierta;
los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.

Es así, tan sencillo.

Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.

¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de norte a sur,
sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sombras de tu vida.

Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir que te he olvidado,
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida.

lunes, 31 de agosto de 2009

Dos poemas de David González

I

LA AUTOPISTA

ya que tanto insistes
en que me lo corte
voy a explicarte
y será la primera
y última vez que lo haga
por qué llevo el pelo largo

llevo el pelo largo
porque el ejército estadounidense
ofrecía una recompensa
de dos dólares
por cada cabellera de indio
que se le entregara
y los que la cobraron
así como los soldados
y mandos superiores
del ejército estadounidense
llevaban el pelo corto
o muy corto

llevo el pelo largo
porque el ejército franquista
en la corrada de la casa en la que nací
le rapó la cabeza
a una de las mujeres de mi familia
cuyo hombre
acababa de ser fusilado
por negarse a defenestrar
niños de pecho republicanos
y los soldados que le raparon la cabeza
así como el resto de las tropas
y mandos superiores
del ejército franquista
incluido el puto francisco franco
llevaban el pelo corto
o muy corto

llevo el pelo largo
porque en el campo de concentración de mauthausen
a los deportados españoles
como ramiro santisteban
el superviviente octogenario que me lo contó
a los deportados españoles
una vez a la semana
los sábados
les hacían lo que entre ellos se conocía
como
La Autopista
esto es
les rapaban el pelo al cero
desde la frente hacia atras

la autopista

y más adelante
cuando hitler estaba perdiendo la guerra
con ese pelo
se forraban las botas de los soldados alemanes

con ese pelo

y todos esos soldados alemanes
como también los que los sábados colaboraban
en el mantenimiento de la autopista
juntos con sus respectivos mandos superiores
el hijo de la gran puta del fuhrer a la cabeza
y junto con el resto del pueblo alemán
llevaban el pelo corto
o muy corto

llevo el pelo largo
porque en la tercera galería
de la cárcel provincial de oviedo
la galería de los menores
los que mandaban en ella los kíes
en cierta ocasión me dijeron:

o te cortas el pelo tú
o te lo cortamos nosotros

y encendieron sus mecheros

y tanto ellos
como los funcionarios de prisiones
cuyo trabajo consistía precisamente
en evitar que se produjeran hechos como ese
llevaban el pelo corto
o muy corto

llevo el pelo largo por otra razón también:
muchas de las mujeres que conozco
me aseguran que con él así de largo
estoy mucho más guapo
y aparento muchos menos años de los que tengo

así que en vez de estar dándome la brasa a todas horas
con que a ver cuando voy a que me corten el pelo
mejor te callabas la puta boca eh
y te dejabas
crecer el tuyo.

II

EL ROMPEOLAS

mi padre
se levanta temprano
cada mañana
para ir a nadar
para ir a nadar
a la piscina municipal en invierno
y a la mar del cantábrico en verano

él se cree que así
me comenta mi madre, escéptica
no se va a morir nunca

desde la ventana del estudio
donde me encierro a escribir
desde por la mañana temprano
y hasta bien entrada la tarde
puedo ver la playa de mi padre
la arena que está pisando
y si tuviese a mano unos prismáticos
y forzara un poco la vista
podría, incluso, verle a él

hace tiempo, años, que no le veo
ni hablo con él
ni siquiera por teléfono

pero cuando luego
retiro mi frente del cristal
y acerco la silla
apoyo los codos sobre la mesa
y empiezo a escribir
lo hago con la confianza y seguridad
del que se sabe con las espaldas protegidas:

su padre está ahí afuera,
nadando

y no se va a morir nunca.

viernes, 28 de agosto de 2009

Dos poemas de Juan Antonio González Iglesias

I

POEMA PLENO DE AMOR PARA ELENA FERRER

Imagina que todas las mujeres
y que todos los hombres de este mundo
fueran maravillosos
como tú y como yo.
Imagina también lo cierto. Sueña
lo que existe. Aventúrate
a calcular el número (sometido a la hermosa
indeterminación de lo imposible)
el número de todos los hombres y mujeres
que son como nosotros y con sus pasos hacen
transitable la tierra.
La serie limitada, imagínatelos
uno a uno,
igual que te imaginas a ti misma o a mí,
diversos de nosotros, de sí mismos,
inaprensibles siempre,
libres frente al gobierno, que no sabe que existen.
El número variable de los maravillosos.
Nadie los censará, aunque bien sabemos
que no son infinitos.
Nacen y mueren. Pero ésa no es
su variación. No puede
destruirlos con todos sus abusos
la estadística. Ellos
suman su ser al de los animales,
incorporan su ser al de los astros,
traen las constelaciones tatuadas
en el iris, y esperan
esperan nada más, como los pájaros.
Desde el centro más íntimo
se reparten en forma de lirio sus arterias:
así guardan su cuerpo entero en una lágrima,
o celebran de pronto la anchura de la vida.
Así que no podemos decir ni una vez más
que no pertenecemos a este mundo,
porque nosotros somos este mundo,
porque somos reales, tan reales
como los que administran
la realidad, o más, porque nosotros
somos la claridad.
Por eso yo declaro
que lo maravilloso, la inocencia,
esa felicidad que a veces somos,
la hermosura extendiendo su luz sobre la tierra,
todo lo que soñamos
sucederá algún día,
porque nosotros hemos sucedido.


II

UNCONVENTIONAL EPICUREANS
«Unconventional epicureans», Arnaldo Momigliano,
Epicureans in Revolt

Pocos entre los pocos, raros entre los raros,
filosóficamente nos sentimos muy solos.
La puerta del jardín no la cerramos nunca
porque nos apasiona la política.
A mediados del siglo primero antes de Cristo
fuimos tiranicidas. En el nuevo milenio
no vamos a rendirnos a la melancolía
de otro siglo que adora los caóticos
ídolos de la sangre y de la tierra.

Dos poemas de Leopoldo Maria Panero

I

Ars Magna

Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.

II


Mutis


Era más romántico quizá cuando
arañaba la piedra
y decía por ejemplo, cantando
desde la sombra a las sombras,
asombrado de mi propio silencio,
por ejemplo: "hay
que arar el invierno
y hay surcos, y hombres en la nieve"
Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde
las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea,
y empiezo a dudar que sea cierta
la inmensa tragedia
de la literatura.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Dos poemas de Carlos Berdiel

I

BIP-BOP DRUMS


Tuvo el mono un leve traspiés
y terminó en las drogas,
Quién fue que se puso a tiritar?
Estábamos en Praga Méjico Distrito Federal
yipa hey!
junto al retrete de William Burroughs.


El tiempo: todo locura
Sólo si tuvieras mucha suerte chaval
es posible que te chivaran la consigna;
Cavilé dejar todo ésto y correr Lo juro
pero se hizo lunes Pensé:
voy a comprender Gramática 4


Tuvo el simio aquel leve traspiés
y cayó en las drogas
No aplaudáis No aplaudáis, dijo,
Tengo muchísimo miedo,
Colgados junto al retrete de Lee Burroughs;
Aunque llames muy fuerte no te escucharán los perros
Ya sé que recordabas mi nombre
Una tarde muy aburrida lo entenderás:
sería curioso que despertáramos siempre



II

Buscar en otro cuerpo la firmeza en otra frente
la pausa suficiente para el ánimo,
caminar erguidos soñando arrodillados
¡qué gran error!
¡Qué animal sin mundo ha de dolernos para siempre!

Sobre la piedra elemental me siento humilde
a fumar esclarecido entre los míseros:
no por ser hoy un día de luz violaré cadáveres.
¡Una cadencia nueva soy!
Ni siquiera el ritmo de la muerte es propio.

Pero al volver mi tronco hacia lo digno me veo a mí
como un simio apóstol divertido por el güisqui
Oh velludos pies de bestia
Todo funciona muy bien,
lo sagrado es un tubito que se me adapta en el ano.

Mirad las sombras que proyecta el cielo
allí acuden a morir las hembras y el ganado
el resto es un desierto para amar
para ser amados y amar
como esclavos.