domingo, 6 de septiembre de 2009

Dos poemas de Benjamín Prado

I

DOBLE O NADA

Un hombre que se ríe es una fuente;
el que mira la lluvia
cae muy despacio encima de sí mismo.
La sombra de los árboles
pertenece a la olas.
El sabor del aceite se escucha en los mercados.

Eso es cierto.

También es verdad que hay palabras
que suenan, a lo lejos,
como el mar
que abandona en la playa los restos de la luna;
palabras construidas
con la luz de los bosques,
el metal del que está hecho el ruido de los trenes.

Eso es cierto.
______________Y también: En los motores fríos
agoniza el león blanco de la mañana.

El olor de una rosa sube de las bodegas.
Del corazón del muerto escapan las palomas.

Todo es verdad.
______________Un río es del tamaño
del hombre que se aleja de ese río.
La mujer es azul cuando ve las montañas.
El que pisa la nieve, camina sobre el cielo.

Todo es cierto. Tú dices:
____________________—Las campanas
convierten la ciudad en un barco perdido.

Y yo sé que eso es cierto.
_____________________Abro los ojos
y tú ves un jardín;
miro la noche
y para ti estos versos
son esa noche.

Tú sabes que es verdad. Tú has venido a decirme:
—O lo aceptamos todo o es que todo es mentira.


II

LO MISMO Y LO CONTRARIO

Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.

Hay verdades sin límite
y hay cosas que se acaban:
los ríos son Machado;
yo te amé a tumba abierta;
los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.

Es así, tan sencillo.

Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.

¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de norte a sur,
sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sombras de tu vida.

Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir que te he olvidado,
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario