I
37 PREGUNTAS A MI ÚNICO CONTACTO AL OTRO LADO DE LA FRONTERA
Dime, ¿Es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Encuentra su amor respuesta en un veinte o veintidós por ciento de los casos, o como aquí
son mudos los teléfonos, corazones desiertos noche tras noche
corazones desiertos en la última habitación del laberinto?
¿Hay en vuestro reino, entre vuestros territorios, algún lugar
llamado Greenland o Groenlandia? ¿Son sombríos sus valles?
¿Hay gasolineras de la compañía Shell? ¿Se acercan las mariposas hasta las conchas amarillas? ¿Ni aun en invierno?
¿Nunca existió allí un espía llamado Cenizas?
Dime, ¿Es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Nunca soñáis con cangrejos? ¿Y con niños ciegos?
¿Os acordáis alguna vez del ciclista Tom Simpson, de cómo se asfixió en el Aubisque? ¿Qué me decís de la imagen de su maillot
como una tabla de ajedrez rota sobre la gravilla? Al otro lado de la frontera, ¿protege la hoja al fruto?
¿Hay fresas?
¿Tienen los peces abisales presentimientos
acerca del sol? ¿Saben distinguir la palabra Luz de la palabra Sombra?
Aquellos que al tomar el tren, desaparición en la transparencia de la tarde,
¿Hasta cuándo conservaron la ilusión de que podrían quedarse?
Se me ha dicho que para los pájaros no hay otro destino que el viento
y que hay barcos que jamás alcanzan un puerto.
Cuando vosotros habláis del destino, ¿A qué os referís exactamente?
¿A las ventajas de un trabajo seguro? ¿Quizá a lo que se come con salsa de naranja? ¿Nunca rezáis por las caravanas del desierto?
¿Son muchos, sois muchos los habitantes del otro lado de la frontera?
Esta gente que veo todos los días por la calle, ¿vive allá?
II
PERDONA, CRAVAN
Para cuando Francis Picabia disputó en Barcelona
el campeonato mundial de boxeo,
ya todas las cosas estaban dichas seguramente por
Ejemplo: En los viajes largos se quiebra el corazón
de los trenes mercancías,
todos los maquinistas lloran al pasar por Akra.
Sabemos al menos très normal très normal
que no es posible hablar en primera persona,
y leemos cada día el nombre de los cimientos
de la felicidad doméstica: Congratulations,
congratulations por esos fantásticos yogurths,
congratulations por esa ropa sin arrugas,
congratulations por los miles de cocidos a nuestro alcance,
sinceramente congratulations, congratulations for me,
congratulations for you, congratulations para todos.
Y ya lo dijo el viejo Ezra hace mucho tiempo, clichés,
siempre clichés, o clichés de cualquier sabor,
Orange, Citron, dragón es nuestro campeón.
O como dices tú, ella es la más bonita, la quiero mucho,
O-nou O-nou nos respondió Malone
Por decir algo y metiendo el morro
hasta el fondo lo más profundo;
y yo también puedo repetir algunas palabras:
El caso del hombre que al salir de casa
perdía el culo buscando caminos buenos y secretos,
un gran tema para una película en tecnicolor;
y efímera la fantasía del cigarro de boquilla dorada
en Nueva York, y en todos los sitios Nueva York, O-nou,
O-nou, qué tal, comantalevu, etcétera etcétera.
NO HEMOS VUELTO
Hace 5 años
javi, qué haces, cómo andas, leí tu comentario y te agradezco que te hayas tomado el tiempo de darme tu opinión, siempre importante.
ResponderEliminarla verdad es que sí, la primera versión de estos poemas es bastanta exagerada y desmesurada; en primer lugar ese fue el impulso al escribir. la adjetvación forzada iría entonces por ese lado, incluso algunas construcciones sintácticas rarísimas.
lo del tópico lo tendría que reever, quizá en el desaforado intento por hablar sobre el lenguaje utilizando siempre al amor, me jugó una mala pasada.
lo de las referencias íntimas, no lo había visto como un defecto, me costaría leerlo con una visión objetiva. pero gracias por marcarlo.
por último, puede ser cierto que no sean mis mejores poemas, pero quedate seguro que pienso y siento que son los poemas más desgarradores que yo haya escrito, más dolorosos, por eso es necesario, de absoluta vitalidad que eso esté presente tanto como en los adjetivos, los verbos (por momentos casi casi verborrágico y poco felices), etc. en lo que si fallo es que por momentos esa desesperación se vuelve prosaica, que es lo que me marcás y lo que me gustaría reveer.
gracias, monito lindo.